Mis imágenes más intimas e interiores.

Lograr la provocación tras el objetivo de una cámara de fotos. Lograr mover algo en el interior de la persona que observa tu imagen. Conseguir traspasar lo que la retina ve y llegar hasta la imaginación de lo que la persona piensa que está viendo.

El erotismo nos atrae a todos, aunque algunos se esfuercen por negar la evidencia y por seguir haciendo de él un tema tabú. Cada época desde que entré en la fotografía, tiene un tipo de gente que cree que la desnudes es un problema de alguna forma.

La figura humana, su inspiración y el desnudo son imágenes tan bellas como sugerentes, logrando acercarnos a “conocer lo prohibido”. Lo prohibido siempre atrae más que lo que no puede generar una discusión, un miedo, o incluso vergüenza.

Aunque la denominada “moral”, educación o incluso modas hayan logrado que en determinados momentos la fotografía erótica haya sido perseguida. Retratar a una persona desnuda no ha impedido que la figura humana haya sido fuente de inspiración fotográfica. De hecho, la fotografía erótica es un género que se remonta prácticamente hasta la génesis de la propia fotografía y muchos autores han profundizado en la sensualidad del cuerpo humano de forma más o menos explícita, con sutilidad e insinuación o con el descaro del voyeurismo.

Trabajar la vertiente erótica de la fotografía de moda o simplemente fotografía erótica a secas, es muy complicado. Muchos artistas sienten el miedo de ser malentendidos y por esas razones no trabajan con la libertad con la que les gustaría o simplemente no encuentran la forma de poder vivir de las imágenes que les gustaría hacer. Yo como uno de los culpables de captar la sensibilidad del cuerpo humano en su estado más natural, espero poder encontrar realmente el camino que tengo en mi corazón.

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Beauty con Lora Monteanu